Los últimos versos de Leonard Cohen. (1)
El autor junto a Marinne Ihlen. Foto Instagram@carneydevoyagemusic
Le pasa al corazón
Trabajé siempre con firmeza
Pero nunca lo consideré un arte
Financiaba mi depresión
Viendo a Jesús, leyendo a Marx
Claro que falló mi pequeño fuego
Pero aún brilla la chispa
mortecina
Ve a decirle al joven mesías
Lo que le pasa al corazón
Hay una niebla de besos estivales
Donde quise aparcar en doble fila
La rivalidad era despiadada
Y mandaban las mujeres
No era nada, sólo negocios
Pero dejó una fea marca
Y aquí estoy revisitando
Lo que le pasa al corazón
Vendía abalorios santos
Vestía con cierta elegancia
Tenía un gato en la cocina
Y una pantera en el jardín
En la prisión de los talentosos
Me llevaba bien con el guardia
Y nunca tuve que ser testigo
De lo que le pasa al corazón
Tendría que haberme dado cuenta
Digamos que el mapa lo tracé yo
Bastaba con mirarla para tener un
problema
Un problema desde el principio
Claro que hacíamos una pareja
asombrosa
Pero nunca me gustó mi papel
No es bonito ni sutil
Lo que le pasa al corazón
Ahora el ángel tiene un violín
Y el demonio tiene un arpa
Cada alma es como un pececillo
Cada mente un tiburón
He abierto todas las ventanas
Pero la casa, la casa está a oscuras
Basta con decir «Me rindo»,
es así de sencillo
Lo que le pasa corazón
Trabajé siempre con firmeza
Pero nunca lo consideré un arte
Ahí estaban ya los esclavos
Los cantantes encadenados y
carbonizados
Pero el arco de la justicia ha
cedido
Y los heridos pronto se
manifestarán
Perdí mi trabajo defendiendo
Lo que le pasa al corazón
Estudié con un mendigo
Estaba sucio y lleno de cicatrices
De las garras de tantas mujeres
De las que no había sabido
prescindir
No hay fábula ni lección en esto
Ni una alondra cantando en el
prado
Sólo un sucio mendigo
bendiciendo
Lo que le pasa al corazón
Trabajé siempre con firmeza
Pero nunca lo consideré un arte
Sólo podía levantar pesos
livianos
Y casi perdí mi carnet de afiliado
Era hábil con el rifle de mi padre
Del calibre 303
Luchábamos por algo definitivo
No por el derecho a disentir
Claro que falló mi pequeño fuego
Pero aún brilla la chispa mortecina
Ve a decirle al joven mesías
Lo que le pasa al corazón
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