El saxofonista David Murray y el escritor Saul Williams funden música y poesía
Photo Erwan Levigoureux
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La carrera del saxofonista David Murray da vértigo.Su nombre, al
margen de proyectos propios como su big band o el famoso octeto de los
80, ha estado vinculado al cineasta Robert Altman, a escritores como
Stanley Crouch y a músicos como Cecil Taylor, Anthony Braxton y Oliver
Lake, integrante este último, con Murray, del World Saxophone Quartet.
Son solo algunos ejemplos de su densa trayectoria.
Murray siente debilidad por las confrontaciones culturales,
especialidad que cultiva desde diversos ámbitos. Uno de ellos es el
Infinity Quartet al que ahora incorpora al intérprete de rap, poeta y
actor, Saul Williams. El resultado de esta colaboración tiene forma de
disco, se llama “Blues for Memo” y hace alusión el título al sobrenombre
con el que era conocido el turco Mehmet Ullug que, en compañía de su
hermano Ahmet, introdujo en su país el jazz contemporáneo con la
inauguración del club Babylon.
Lo más interesante del proyecto es ver cómo Saul va alterando cada
noche los textos como un cómico que adapta sus rutinas a la reacción del
público", explica Murray. "Los músicos improvisan. Así que lo mínimo
que puedo hacer yo es explorar con ellos", se excusa Williams. El
resultado es una afortunada mezcla de jazz contemporáneo y spoken word,
en cuyo interior caben lo mismo el comentario político sobre el racismo
y los nuevos rostros del fascismo que el ejercicio de la crítica de las
costumbres del presente y la sociedad tecnológica. En ese combate,
Williams, que en su carrera ha preferido el rock agresivo como
acompañamiento, es un veterano soldado. Su emocionante y viral texto Not In Our Name
("No en nuestro nombre"), escrito en los peores años de la era Bush,
fue un himno contra las políticas estadounidenses tras el 11-S. "Los
nombres propios y las guerras han cambiado, pero el mensaje sigue siendo
por desgracia el mismo", afirma el poeta.
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